Estoy terminando de ver Los años nuevos. Hace unas semanas, escuché a Diego Ibáñez, cantante de Carolina Durante, decir en un podcast que, de momento, no tenía pensado ver la serie porque sabía que, para él, sería una de esas series que no sientan bien. Crónicas de una muerte anunciada. Mis intentos de procastinar verla para concienciarme y mitigar el impacto han sido todo un fracaso. Efectivamente, me está sentando fatal.
Voy por la mitad del capítulo siete (hay diez), así que aún no sé si es una historia de esos amores que se reencuentran y todo sale bien, o si se queda en uno de esos unfinished / unlived loves, uno de mis géneros favoritos, como la triología de Before sunrise (1995) o el capítulo de Modern Love, “When Cupid is a prying journalist”.
Ninguno de los dos protagonistas me cae bien. A Óscar, aunque a veces me produzca una mínima ternura, lo veo un triste, y no hay casi nada peor en la vida que ser un triste. A Ana, la veo egoísta, caprichosa y cobarde. Me cuesta mucho su carácter, aunque vaya de pasota y de que todo le da igual; necesita sentirse deseada por todos, desconoce la empatía y, si no es la protagonista, se aburre. Aún así, me veo en algunas de sus situaciones y decisiones (de ambos), y no sólo me veo a mi, también veo a algún ex novio y/o ex ligue, y creo que esto es lo que me está sentando peor. ¿Y si el motivo por el que no funcionó es porque él tenía una Ana en su vida? ¿Soy yo la Ana de la vida de alguien? ¿Soy Óscar? ¡No quiero ser Óscar! ¿Y si yo sólo fui una chica puente? ¿Estoy con alguien que está enamorado de otra persona y está conmigo porque no puede estar con ella?¿Su ex novia le dejó unavailable y yo he vivido una versión suya de mierda, mientras él ha vivido una premium mía? ¡Suficiente!
Creo que la banda sonora es el otro motivo por el cual suelto lágrima por capítulo. La canción perfecta, en el momento exacto. ‘La electricidad’ de McEnroe, y ‘El pensamiento circular’ de Ivan Ferreiro, mis canciones pa’ llorar en mi cuarto y acordarme de ti favoritísimas de la serie hasta ahora. Me hacen querer abrir esa conversación de WhatsApp en la que, hace ya tiempo, hablábamos de estos dos artistas. Curioso cómo cogemos hábitos, frases y canciones de personas a las que hemos querido, y se nos clavan tan fuerte que pasan a formar parte de nosotros, convirtiéndonos así en una especie de museo de todas las personas que hemos querido.
No sé cómo acabará la historia de Óscar y Ana, tampoco les deseo ningún tipo de final concreto. Me dan un poco igual, la verdad.
Lo que no me da igual es esta canción maravillosa. Vivo enamoradísima de Pablo Drexler y Ralphie Choo.
Quiero hablar de muchas cosas todo el rato. Aquí algunas de mis obsesiones esta semana:
Hugh Grant en Notting Hill
Noche de sábado viendo Notting Hill (1999) con Ester. No tenemos palabras para Hugh Grant. Está increíblemente guapo siendo un vendedor de libros torpe, tierno, con curiosas habilidades sociales, un poco desastre, tímido, pero divertido. Cómo no sentir cosas ante un friki culto y guapo, al que le han roto el corazón, y se pone nerviosísimo delante de la chica que le gusta. The sluttiest thing a man can do es ponerse visiblemente nervioso al hablar contigo.

I una merda!
Ayer tuvo lugar la edición número 39 de los Premios Goya (¡unos Goya muy catalanes!), en Granada. Mis parte favorita de ese tipo de celebraciones suelen ser los discursos y los after parties. Eduard Sola ganó el Goya a mejor guión original por Casa en flames, y recordó esa parte en la que le dicen a Montse, la madre de la película, personaje interpretado por la maravillosa Emma Vilarasau, que el amor es dar sin recibir nada a cambio, y ella responde: “i una merda!”. Doncs clar que si, Montse, i una merda!

La falda de Carrie
Ante todo el hate que le está cayendo últimamente a mi chica, Carrie Bradshaw (tema al que pretendo dedicarle una entrada entera), yo me quedo con la falda rosa de lentejuelas que ha sacado HAND OVER (¡ya en preventa!). Como de momento no puedo tener su colección de Fendi baguettes ni de Manolos, agradezco a Ari (que a veces me lee, la mejor) y a sus chicas que hayan recreado (ni que sea un poquito) esta falda tan maravillosa. Iykyk, y punto.
Mi substack: this and a yap!
Desde que escribo en substack, también leo / consumo mucho más substack, y me está encantando. Lo percibo como un espacio seguro, una especie burbuja, lejos de la corrupción de las otras redes sociales (quizás no me explota la vanidad de nadie en la cara porque no leo a hombres por aquí). Es como estar en una conversación de ‘this and a yap’ con mis amigas.

Ancora Sabato de Sarno
El juego de las sillas sigue en la industria de la alta costura, y el último exit me ha dolido un poco. Sabato de Sarno ha dejado la dirección creativa de Gucci, y estoy tristísima. Ancora, ancora e ancora.